miércoles, 9 de octubre de 2013

Una Patria Que Crece, Mientras Otros La Aborrecen




Una Patria Que Crece, Mientras Otros La Aborrecen


Entre una sonrisa y reflexión severa,
Suelta su saber y vocación de servicio,
Desde sus convicciones, marcando el ejercicio,
Frente a inútiles sobre castillos de arena.

Con firmeza a los eruditos en agonía,
Los delata por ser dueños de tantos males,
Y descarta los proyectos magistrales,
Y a los entupidos enterrados en letanía.

Con su derecho construye una mazorca,
Más reafirma sin dudar el camino,
Su saber rescata al peregrino,
Mientras caen los inescrupulosos en una horca.

Como un apóstol, confía su vida al servicio,
No reniega sus convicciones severas,
Su astucia vive en consistente primavera,
Sus oponentes, triturados en el desquicio.

Su visión se engrándese con sus palabras,
Sus oponentes se desintegran en el abatimiento,
Y son tan fuertes y desconcertantes sus pensamientos,
Que la atacan con ecuaciones macabras.

Y es propio el entusiasmo del joven o viejo,
Que agradece tanta claridad intermitente,
Es como si la esperanza saliera de una fuente,
Cargada de horizontes y consejos.

Frente al mundo dice su verdad aunque se enojen,
Los entupidos inescrupulosos pobres viles,
Todos ellos cortados por buriles,
Destinados a los ineptos que los recogen.

Los sicarios buscan desesperadamente,
Dominar como filósofos estoicos,
Haciéndose pasar por seres heroicos, 
Mientras se reproducen desordenadamente,

Y se muestran tan tenaces, tan yermos,
Con sus saber y sus presagios  apocalípticos,
Y sin dudarlos se transforman en socios críticos,
De los poderes que no respetan ni a los enfermos.

Más llegan hasta el límite de su imprudencia,
Y contradicen sus propias reflexiones,
Sacando incoherentes conclusiones,
Productos de su propia indiferencia.

Y es hay cuado la apóstol camina y crece,
Redoblando su proyecto con futuro,
Y deja en claro que el camino es bien seguro,
Y es futuro que todo pueblo se merece.

Caminando erguida y triunfante,
Sin importarle que la acusen los inmorales,
Combate sin descanso a tantos males,
Con verdades tan claras como infartarte.

Esta mujer con pasos de sacerdote,
Que combate sin temor, a los falsos angelicales,
Nos recuerda que aquellos disfrasados de leales,
Son los seres mas conocidos como Iscariote.

Más clama con el valor de hombres sanos,
Y se confiesa con la transparencia de su credo,
Soy la mujer que ante los necios no sedo,
Ni reclamo la limosna con las manos.

Pues la limosna en su saber, es bien valida,
Cuando la caridad en su bien la necesita,
Pero el ser digno es un derecho que amerita,
Claridad con respuesta aun más calida.

A la verdad la estupidez no la resiste,
Mas la barbarie busca, de su ser, su ruina,
He inyecta su mentira como morfina,
A la espera de mezclarla con algo triste.

Y es hay cuando voces fuertes y convincentes,
Les hablaran de su insolencia a los impuros,
Y les recordara de sus acciones y de lo oscuro,
En historias pasadas y presentes.

Caigan ustedes, con la violencia de un rayo,
Lanzados por los hombres más sus leyes,
Que no quieren postrarse ante reyes,
Pues han dejado hace tiempo de ser lacayo.

Son ustedes sin dudarlo responsables,
Del pisoteo a la dignidad y a los derechos,
Y han dejado graves heridas en los pechos,
Con la barbaries filosas como sables.

Es por eso que con deseos pestilentes,
Desearemos caigan en manos de un juez justo,
Para castigarlo no solo con un susto,
Sino con un sello de traidores en la frente,

Y ante la claridad de un Dios perfecto,
Reciban la fiel sentencia del calvario,
A no ser que se arrepientan ante el sudario,
Por tanto dolo causado con sus defectos.

Es esta mujer, elegida por la gente,
Gente manoseada por los poderes absolutos,
Es quien reclamas sean aun más astutos,
Y lean con más astucia el presente.

Y entienda que el futuro esta adelante,
Para avanzar hay que estar juntos y de la mano,
En esta tierra somos todos hermanos,
No hay lugar para el inepto o farsante.

Con suprema Fuerza vive hoy la democracia,
El derecho va buscando su excelencia,
Y una voz  através de la conciencia,
Nos guía para no caer en la desgracia.

Y nos recuerda quienes fueron miserables,
Y jugaron como  Caín a la misma muerte,
Más buscaron agraciar a su misma suerte,
Sin hacerse del dolor responsable.

Solo convivieron con su accionar y los ultrajes,
Mientras olvidaban a la equidad y los dones,
Más se hicieron ganadores mientras millones,
Perdían de la dignidad sus mejores trajes.

Aquellos hombres sabios y potentados,
Que se jactaban de honesto y muy fuertes,
Desafiaron con sus pecados a la misma muerte,
Dejando a los pueblos desamparados.

Y la verdad desahuciada busco la cumbre,
Gastando su saliva en las montañas,
Cuando los pueblos gritaron con las entrañas,
El abuso en nuestro suelo es una costumbre.

Ya los villanos gobernaban con la solvencia,
De los poderes que se inescrutaban por las fronteras,
Y demacraban de nuestra tierra las primaveras,
Dejando como estandarte a la  incoherencia.

Disfrazada nos llegaban falsas menciones,
Para llenar de fantasías nuestras cabezas,
Y sin darnos cuentas nos acorralaba las proezas,
De los poderosos que nos llenaban de ilusiones.

-Somos nosotros los amos de la tierra toda,
-Los señores imperialista que todo lo pueden
-Y claro esta, ni siquiera los dones de Dios pueden,
-Poner acciones que a nuestro poder incomoda.

-Somos nosotros los amos por ley divina,
-Y gobernamos sin que nadie se nos oponga, 
-Cuando un vil por insolencia rezonga,
-Lo hundimos de un manotazo en la letrina.

¿Quien de ustedes pobres inmundo nos hace frente?
¿Quien de ustedes nacidos en el tercer mundo?
Quien se atreva, su castigo será rotundo,
Con un golpe certero en la frente.

Y fue a si, que un pueblo en fuerte llanto,
Perdió sin entender su futuro,  
Y dolido con una daga sobre un manto oscuro,
Clamo ante el cielo con un fuerte canto.

Más confío, vislumbrando una nueva vida,
En una voz que afirmaba entereza,
Y se entrego sin dudar de pie a cabeza,
A un sueños que brindaba una salida.

Desde el sur, llego un plan, un camino,
Con la fuerza de la esperanza implacable,
Más de todos lados esperaban  miserable,
Que ya intuían al pronosticado destino.

Claridad, compromisos y horas buenas,
Llegara con un canto a la esperanza,
Y tan firme abundara la confianza,
Que se hablara del progreso hasta en las cenas.
 ,
A tal proyecto se lo llamara  Patria Grande,
Y se dirá sin dudarlo la patria es el otro,
Será tan bueno vivir con el rostro,
Levantado hacia una tierra que se expande.

En vano los Caín y los Iscariote,
Abusaran de la blasfemia como argumento,
Y buscaran de todos lados el sustento,
Sin importarle que a la farsa alguien la note.

Buscaran amigos detrás de la frontera,
Se vestirán de nobles o falsos sacerdotes,
Y sigo nombrando a los Iscariote,
Como un mal parasitario que se entrevera.

Pero como una luz llegara un tal Cristino,
Que decidió hacerle frente a tantos  vicios,
Y dejara en claro que no es ficticio,
Su nombre elegido como soberano.

Por momentos será el único, el más solo,
Parecerá no apoyarse en vida alguna,
Parecerá un nacido, desamparado y sin cuna,
Bajo una noche solitaria en algún polo.

Pero una vez más, se marcara su certeza,
Y el desprecio quedara rendido sobre el suelo,
Y tal hombre como un destello tomara vuelo,
Para pisarle al Leviatán su cabeza.

Su saber y dedicación vibrara tanto,
Que traspasara recónditos confines,
Y descubrirá pensamientos que son afines,
Del mismos sueño que anhelamos tanto.

La patria grande comenzara ya un buen camino,
Los pueblos se unieron como hermanos,
Para luchar con los reptiles y gusanos,
Que buscan devorarse un buen destino.

Y sigo con este fin y resumiendo,
Esta historia con un singular discurso,
Para desarrollar la grandeza y su curso,
Con la fuerza de la pasión que va surgiendo.

Un gran hombre para muchos desconocidos,
Se atreverá a pisotear al miserable,
Y les recordara que ya no será aceptable,
Recordar siquiera haber nacido.

Más luchara con su amor hasta la tumba,
Entregara su corazón eternamente,
Y quedara en cada ser, en cada mente,
Como el hombre cual nombre no se derrumba.

Y un legado dejara sobre esta tierra,
Más firme que la más filosa estocada,
Su imagen será tierna y delicada,
Su fuerza capas de vencer en cualquier guerra.

De la fuerza y el amor la mas alta,
Hablara con el saber para el grande y pequeño,
Recordara que hay un plan y hay un sueño,
Para sanar del escrupuloso su falta.

Una mujer cayó firme tan de repente,
Por sobre cada Satán y su alma,
Es como si una cruz sublime en su palma,
Desafiara a la maldad irreverente.

Desafío siguiendo cual proyecto,
A los entupidos y sus planes delirantes,
Y supo dejar a muchos agonizantes,
Y a otros temblando en su trayecto.

Esa mujer hablara a todo el mundo,
Con el saber que Dios puso en su pecho,
Dejara con su palabra muy desecho,
Al poderoso que confío en su poder rotundo.

Y sabrá que sus verdades son inefables,
mientras se  libera a los pueblos de su martirio,
El trabajo inmaculado como cual sirio,
Buscara Susanar a los incurables 

Sepa por vez primera el poderoso,
Que no hay lugar ya para el fracaso,
El trabajo de esta mujer marcara el paso,
Para que todos salgamos del gran poso

Y con la fuerza del amor que ya en el cielo,
La guía como un ángel bendecido,
Buscara que los hombres empobrecidos,
Alejen sus sonrisas de cualquier velo.

Ella sabe que por hombre y militante,
Sueña con un camino más justo,
Y no trata de apabullar con un gran susto, 
A los eruditos que se transforman en insultantes.

Pero enseña que el corazón y la cabeza,
Se dividen en pensamientos y pasiones,
Más debatir buscando conclusiones,
Es el camino para crecer con más pureza.

Ella entiende que los éxitos se adquieren, 
Con el esfuerzos y las savias decisiones,
Otros niega que por cada triunfador hay millones,
Que ven como sus sueños  se mueren.

Por eso trata de sentirse afortunada,
Y compara distintas alternativas,
No gasta en vano con su predica salivas,
Ni teme sentirse acorralada.

Sin dudar su compañero marco el camino,
Dejo un lugar claro, un miraje,
Y desafío a los hombres salvajes,
A cambiar por el bien de todo su destino.

Después con un dolor profundo y un suspiro,
Dejo este mundo para codearse con el dios viviente,
Y dejo un legado tan puro y convincente,
Para asegurar el amor eterno en su retiro.

Ella lo recuerda con sus últimos besos,
Con ternura tierna en su reposo,
Auque sabe su alma buena que fue espantoso,
Despedir el amor de  carne y huesos.

Más retomo postura de persona fuerte,
Y se cobijo en la verdad de su destino,
Es ella ahora líder de un camino,
Y buscara vences a la misma muerte.

Ahora la contemplan al descubierto,
Y la tratan de sepultar en algún abismo,
Son los hombres que buscan el cataclismo,
Y dejan su necedad al descubierto.

Esta chusma ruin, bien maliciosa,
Buscan en las heridas la mayor garra,
Y en cada paso trata de tirarle tierra,
Para que esta mujer caiga temerosa.

Pero el triunfo del bien no consiste,
En atacar al odio con el odio mismo,
Sino ignorar los agravios y el cinismo,
Con el amor de un pueblo que resiste

Podrán golpearlas con difamaciones,  
He historias rebuscadas y algo sucias,
Mejor ignorar tales minucias,
Y seguir trabajando con convicciones.

Podrán atacarlas con falsos robos,
Con la ira propia del ser insano,
Podrán insinuar muy en vano,
que no podra resistir a los salvajes lobos.

Podrán pretender silenciarla,
O demacrar su honorable investidura,
Podrán mostrarla como mujer oscura,
Con la intención de acabarla.

Mas su valor en esta patria crece,
Su trabajo es firme y buen ejemplo,
Y cada argentino ha construido un templo,
Para un amor sagrado, que florece.

Yo escribo esto sin intenciones,
De imponer posiciones desmedidas,
Yo describo ver una salida,
Con un camino lleno de emociones.

Esta patria camina y crece,
Con equidad y justicia, mas cuenta clara,
Es una luz que no se apaga,
Un oasis verde que florece,

Hay un sueño, una  ilusión, un compromiso,
Una unión, un camino, un proyecto popular,
Una patria que crece sin dudar,
Ni espera de los poderosos su permiso.

Argentina Camina Bien erguida,
De la mano de argentinos respetables,
Que no Buscan recetas admirables,
Sino con el trabajo ser ungida.

Se muestra ante el mundo con sus valores,
Con sus males, enfermedades y defectos,
Pero argentina es mucho más que estos,
Entupidos que se han vestido de inmorales.




Dedicado a Néstor Y Cristina dos Compañeros que me devolvieron  las ganas de hacer política.
Hoy desde el Cielo, Perón, Evita, Chávez y Néstor, guían a esta mujer que camina con paso firme hacia una patria Grande libre y soberana.
Con ella caminare por siempre.

Jesús Marcelo Delise

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